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Oficina Comercio y Territorio – PATECO
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Recientes investigaciones revelan que el 71% de los consumidores desean comprar productos sostenibles y con el menor embalaje posible. Cifras como esta demuestran que la concienciación en materia de cuidado del medio ambiente, y consumo responsable, han calado entre la población en los últimos años. [1]
Los comercios minoristas están trabajando para dar respuesta a esta tendencia, poniendo en marcha prácticas ambientalmente responsables. En el terreno del embalaje, las decisiones están dejando de basarse únicamente en el coste de fabricación y la funcionalidad, para empezar a evaluar también el impacto ambiental de su ciclo de vida completo, desde la extracción y producción de los materiales de fabricación hasta el transporte y el reciclaje.
Esta tendencia está empezando a ser popularmente conocida como “sustainable packaging” o embalaje sostenible y se estima que, en el último año, movió un mercado global de más de 276.000 millones de dólares, con una proyección de crecimiento del 6,6% interanual hasta 2032, año en el que ya generará 493.700 millones. [2]
En el ámbito europeo, en marzo de este año, el Parlamento llegó a un importante acuerdo que plantea nuevas normativas para reducir, reutilizar y reciclar envases, con el objetivo de aumentar la seguridad e impulsar la economía circular. [3] Cambios regulatorios como éste serán otra de las variables que hagan crecer con fuerza la adopción de esta tendencia en la industria minorista en los próximos años.
Veamos a continuación los principales beneficios que los comercios minoristas pueden obtener al adoptar el embalaje sostenible:
La posibilidad de reducir la huella de carbono, y contribuir a la protección del medio ambiente, ya se puede considerar un beneficio en sí mismo para los comercios.
Al utilizar materiales reciclados, biodegradables o compostables, los minoristas pueden minimizar la cantidad de basura que termina en vertederos y océanos. Además, la producción de materiales sostenibles generalmente requiere menos energía y agua, lo que también contribuye a la reducción del impacto ambiental, aportando beneficios desde una perspectiva ética y de responsabilidad social corporativa.
Estas prácticas éticas y socialmente responsables repercuten positivamente en la percepción de la marca por parte de los consumidores, así como en la relación con las comunidades locales.
Cada vez más consumidores buscan marcas que compartan sus valores ambientales y los minoristas pueden servirse de esta tendencia para atraer nuevas bases de clientes o aumentar la lealtad.
Las marcas que son percibidas como responsables y sostenibles tienden a generar una mayor confianza y satisfacción entre sus clientes, lo cual también se traduce en una mayor tasa de fidelización. [4]
Aunque la implementación de embalajes biodegradables puede suponer, inicialmente, un aumento del gasto, dado que incluyen materiales hechos con plástico reciclado, o mediante fabricación orgánica, cuyo coste de producción es más elevado, a largo plazo, tiende a reducir los gastos de transporte y almacenamiento.
Por otro lado, el uso de materiales reciclables y compostables puede hacer disminuir el pago de impuestos o evitar el sobrecoste que supone el pago de tarifas de desecho incluidas en las nuevas regulaciones ambientales.
La adopción de embalajes sostenibles ayuda a los comercios minoristas a cumplir con las crecientes regulaciones y políticas gubernamentales relacionadas con la gestión de residuos y el uso de plásticos.
Cumplir con estas normativas es crucial para evitar multas y sanciones. Además, estar por delante de estas regulaciones puede posicionar a las empresas como líderes en sostenibilidad dentro de su industria, proporcionando una diferenciación y ventaja competitiva. Las regulaciones también pueden cambiar con el tiempo, por lo que integrar soluciones sostenibles de forma temprana permite a los minoristas estar preparados adaptarse más fácilmente a nuevas leyes y estándares.
Veamos ahora, diversas formas en las que los comercios minoristas pueden implementar el embalaje sostenible [5] [6]:
Fabricados a partir de recursos renovables como bambú, almidón de maíz, caña de azúcar y otros biopolímeros, estos envases y bolsas están diseñados para descomponerse de manera segura y rápida, reduciendo significativamente el desperdicio y la contaminación. Al ser compostables, se transforman en nutrientes para el suelo en lugar de contribuir a los vertederos y la contaminación plástica.
Comercios minoristas, especialmente en los sectores de alimentos y productos frescos, están adoptando estas soluciones para sustituir a las tradicionales bolsas y envases de plástico que producen un alto gasto contaminante.
Un innovador papel ecológico, fabricado a partir de materiales biodegradables impregnados con semillas, o fibras naturales, que permite sustituir la papelería convencional para embalar o envolver productos.
Una vez que el embalaje ha cumplido su propósito inicial, en lugar de ser desechado, puede ser plantado en tierra. Con el tiempo, el material se descompone y las semillas germinan, creciendo en flores, hierbas, vegetales u otras plantas, dependiendo del tipo de semillas incorporadas.
El «edible packaging» o envase comestible está hecho de materiales naturales aptos para el consumo humano que pueden ser ingeridos junto con el alimento que envuelven.
Estos materiales suelen incluir ingredientes como algas, proteínas lácteas, almidón de maíz, celulosa, frutas y verduras, entre otros. Como componentes alimentarios, las películas y los recubrimientos comestibles son lo más insípidos posible para no ser percibidos durante el consumo o están diseñados para que sus características sensoriales sean compatibles con las del alimento. [7]
Modelo de envase biodegradable que simula el plástico tradicional a través de un material elaborado con piel de animales.
Este formato ha sido creado por el diseñador islandés Valdís Steinarsdóttir, incialmente como solución para envasar carne de forma más sostenible. El material tiene un aspecto y tacto muy similar al de los tradicionales envases de carne que podemos encontrar en cualquier supermercado.
Steinarsdóttir lo creó hirviendo piel de animal en agua para liberar colágeno y gelatina, de tal manera que se crea una sustancia similar a un gel que después se deja reposar hasta que se solidifica dando lugar a este nuevo tipo de bioplástico, que ahora puede ser empleado por los comercios minoristas que operan en el sector alimentario. [8]
Veamos ahora los principales retos que puede enfrentar un comercio minorista a la hora de implementar sistemas de embalaje sostenible [9]:
Como hemos comentado en el punto anterior, el coste de producción de los materiales que componen los envases sostenibles hace que el precio sea generalmente más elevado que los tradicionales.
Este hecho puede suponer un freno inicial para los pequeños comercios al considerar que no pueden asumir dicho sobrecoste, perdiendo ventaja competitiva frente a las cadenas y grandes superficies minoristas. Sin embargo, las nuevas regulaciones de impulso a las prácticas ambientales, unidas a la posibilidad de reducir gastos de transporte y almacenamiento, hacen que estas barreras sean salvables.
Dependiendo del modelo, y el tipo de materiales de fabricación, los embalajes sostenibles pueden no ofrecer siempre el mismo nivel de durabilidad, resistencia o protección que los tradicionales.
Esto puede ser un problema para ciertos productos que requieren de una alta protección contra la humedad, la luz o los daños físicos durante el transporte y almacenamiento, lo cual obliga a los minoristas a asegurarse de que los materiales sostenibles seleccionados son compatibles con sus productos y mantienen la calidad y seguridad de los mismos.
La disponibilidad de embalajes sostenibles puede ser limitada, especialmente en áreas donde la infraestructura para producir o reciclar estos materiales no está aún bien desarrollada.
Además, la cadena de suministro para estos materiales puede ser menos estable en algunos casos, resultando en problemas logísticos. Esto puede hacer que los minoristas enfrenten dificultades para encontrar proveedores fiables o lidiar con tiempos de entrega más largos, afectando a la eficiencia operativa.
No todos los consumidores están siempre bien informados sobre los beneficios y las diferencias entre los materiales de embalaje sostenibles y los convencionales. Existe, por tanto, el riesgo de que se generen resistencias o confusiones entre algunos consumidores al cambiar a nuevos tipos de embalaje, especialmente si estos perciben que es menos conveniente o estéticamente atractivo.
Este factor obliga a los minoristas a educar a sus clientes sobre la importancia del embalaje sostenible, y sus beneficios ambientales, lo cual requiere de un esfuerzo continuo para comunicar el valor añadido de estos cambios.
A continuación, veremos dos ejemplos representativos que muestran cómo esta tendencia está llegando ya al mercado minorista español:
En línea con los esfuerzos que Uber está llevando a cabo para alcanzar una operativa completamente libre de emisiones para el año 2040, ha anunciado recientemente una alianza estratégica entre Uber Eats y la empresa Bunzl Distribution Spain con la finalidad de potenciar el uso de los envases sostenibles.
El objetivo del acuerdo es que todos los comercios asociados al servicio de delivery de Uber Eats puedan tener acceso a nuevos formatos de envase biodegradable, y la iniciativa se enmarca dentro del reto manifestado por la compañía de utilizar envases sostenibles en el 80% de los mercados donde opera para el año 2025 y el 100% en 2030.
La colaboración se ha establecido en el marco de la celebración del primer evento anual sobre Sostenibilidad, Go Get Zero, celebrado por Uber, en el que presentó sus novedades en el área de movilidad y delivery, anunciando que la primera fase de este plan tendría lugar de la mano de Bunzl en España y Alemania. Bunzl ofrece toda una variedad de productos de embalaje alimentario sostenible, entre los que encontramos vasos, platos y bowls de un solo uso fabricados con materiales orgánicos.
En paralelo, Uber Eats anunció un plan de financiación al que los restaurantes y establecimientos independientes de comida para llevar de Madrid, Paris y Londres pueden optar para adquirir envases más sostenibles y contribuir así a una operativa más respetuosa con el medio ambiente. [10] [11] [12]
La cadena de venta minorista de productos de electrónica Mediamarkt, ha establecido un acuerdo de colaboración con la empresa de embalajes sostenibles con sede en Barcelona, Capsa Packaging.
El proyecto se enmarca dentro de la iniciativa “Better Way” de Mediamarkt, la cual lleva ya varios años en marcha, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de las operaciones de la cadena.
A través del proyecto, Mediamarkt ha implementado el uso de las cajas de cartón multifunción y reutilizables Capsa 2in1 para su proceso de logística interna, que requiere la distribución de productos entre las tiendas y el hub logístico con el que la cadena cuenta en la localidad madrileña de Pinto.
La caja de embalaje sostenible de Capsa Packaging puede ser reutilizada hasta en 6 ocasiones, evitando el uso de ese mismo número de cajas en formato tradicional.
Desde la compañía estiman que esta prestación permite reducir hasta en un 80% la huella de carbono emitida en el proceso logístico y hasta en un 84% el consumo de agua (50km de distancia) asociados a su producción. [13]
Entre los clientes de Capsa también se encuentran otras importantes cadenas de venta minorista pertenencientes a diferentes sectores, como Leroy Merlin, Porcelanosa o Tous.
A través de esta nueva tecnología, Zara ha dejado de emplear las tradicionales alarmas de plástico, consiguiendo no sólo hacer frente al riesgo de hurto si no también simplificar el proceso de distribución de las prendas, haciendo que lleguen al punto de venta listas para su comercialización sin necesidad de manipulación previa.
Amazon anunció que ha eliminado el 95% de las almohadas de aire de plástico de sus empaques en América del Norte y que, a partir de ahora, las reemplazará con rellenos de papel hechos con contenido 100% reciclado. Se trata del mayor esfuerzo de reducción de envases de plástico realizado por Amazon y le ayudará a eliminar casi 15 mil millones de almohadas de plástico al año.
En la localidad asturiana de Tamón se ha realizado un proyecto de sostenibilidad global llamado «Impackto» destinado a ayudar a reducir la huella de carbono del grupo multinacional estadounidense DuPont a través del embalaje sostenible. La empresa norteamericana ha logrado reducir toneladas de materiales y de emisiones de CO2 a partir de las medidas tomadas por el equipo del proyecto.
El pasado mes de mayo tuvo lugar la última edición de la feria Hispack, con más de 800 expositores y 1.250 marcas presentes. la cual tuvo un foco especial en todo lo relacionado con la economía circular y la presentación de iniciativas y casos de éxito relacionados con la implementación de nuevos sistemas de envase y embalaje sostenible.
La venta de embalajes reciclados creció hasta un 45% durante el pasado año. Así lo han destacado desde Embalajes RAJA, grupo internacional centrado en la distribución de embalajes, suministros y equipamiento para las empresas. En este sentido, subrayan que la mayor concienciación del consumidor ha impulsado al sector a apostar por alternativas más sostenibles como el papel.