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Oficina Comercio y Territorio – PATECO
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Las etiquetas RFID (Identificación por Radiofrecuencia, por sus siglas en inglés) son dispositivos electrónicos que utilizan ondas de radio para transmitir datos de manera inalámbrica. A diferencia de los habituales códigos de barras, las etiquetas RFID no requieren de un escáner óptico con línea de visión directa y permiten la lectura a través de diferentes dispositivos y a mayores distancias.
Recientemente, esta tecnología ha sido noticia por la cadena minorista de ropa Zara, que ha implementado un sistema de seguridad antirobo que sustituye a las tradicionales alarmas de plástico de las prendas. Sin embargo, está adquiriendo una relevancia cada vez mayor en toda la industria minorista ya que juega un papel muy importante para la puesta en marcha de estrategias de comercio phygital, facilitando la interacción digital de los consumidores con los productos físicos y otros múltiples casos de uso relacionados con la mejora de la experiencia de cliente, la trazabilidad o las prácticas de comercio sostenible.
En España, el sector de la moda lidera la adopción de esta tecnología, con una tasa del 70% entre sus empresas, frente al 20% del conjunto de la industria minorista. [1] Durante los próximos años, al albor de la llamada V Revolución Industrial, la integración del etiquetado RFID con otras tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y el Internet de las cosas (IoT), hará que veamos emerger nuevas soluciones aún más inteligentes y automatizadas, permitiendo a los comercios minoristas mejorar su eficiencia operativa y las experiencias de cliente ofrecidas.
Veamos a continuación los principales beneficios que el etiquetado RFID puede ofrecer para la mejora de procesos en un comercio minorista[2]:
El caso de uso más innovador en la actualidad tiene que ver con la capacidad del etiquetado RFID para aumentar los niveles de seguridad en tienda y reducir las consecuentes pérdidas.
El etiquetado RFID ayuda a disuadir los intentos de robo y aumenta la capacidad de detección ya que las etiquetas, si no son desactivadas previamente en la línea de caja, son detectadas por los sistemas de seguridad activando los sistemas de alarma.
Por otro lado, permite rastrear productos perdidos en los establecimientos y facilitar su recuperación si se encuentran dentro del radio de detección del lector.
El RFID permite a los minoristas tener una visión completa y en tiempo real de su stock, ayudando a evitar desabastecimientos y a optimizar el inventario de forma constante.
Esto, por un lado, se traduce en una mejor atención al cliente, al que se puede informar en todo momento de la disponibilidad de los productos, y, por otro, en una reducción de costes de tiempo y recursos que antes se dedicaban a realizar inventarios manuales de forma periódica.
Las etiquetas RFID permiten a los comercios recopilar multitud de datos de interés sobre el comportamiento del consumidor, y sus hábitos de compra, utilizando después esta información para ofrecer experiencias híper-personalizadas.
Una de las mayores ventajas de este sistema es que ofrece a los clientes, y los empleados de las tiendas, la posibilidad de escanear las etiquetas para recibir información adicional sobre los productos (como detalles de los ingredientes de un alimento o los materiales de una prenda). Posteriormente, a través de las app móviles, pueden recibir recomendaciones basadas en sus compras o búsquedas anteriores.
El etiquetado RFID permite a los minoristas rastrear los productos desde su etapa de fabricación hasta su venta en tienda. Esto ayuda a optimizar el flujo de mercancías en toda la cadena de suministro y asegurar la calidad y trazabilidad de los productos, dificultando su falsificación.
La posibilidad de optimizar la gestión de inventarios, y realizar un seguimiento eficiente y preciso de el estado de los productos, permite a los comercios saber con más exactitud sus necesidades de producción y fabricar únicamente lo necesario evitando el desperdicio de materiales.
Veamos ahora, con qué finalidades concretas están implementando los comercios minoristas el sistema de etiquetado RFID[3]:
Al asociar una etiqueta única a cada producto o artículo se crea un número de serie que incluye información adicional detallada sobre el mismo.
Desde el momento en que se crea la etiqueta, comienza a realizarse un inventario automatizado que registra el estado del producto a su paso por los lectores RFID instalados en los diferentes puntos de control (almacén, centro de distribución, punto de venta, etc). Así, las etiquetas RFID permiten recoger información más allá del simple registro del producto, incluyendo datos sobre su origen, el proceso de fabricación, los materiales empleados o la etapa en la que se encuentra dentro de la cadena de suministro. [4]
Algunas de las grandes cadenas minoristas ya han implementado sistemas de autopago basados en el etiquetado RFID, agilizando el paso de los clientes por las zonas de caja.
En algunos casos, el sistema reconoce los productos directamente cuando el consumidor los deposita en la cesta de la caja, evitando tener incluso que escanear la etiqueta y reduciendo así aún más el tiempo de espera. Según datos de Uniqlo, este sistema reduce el tiempo de espera en las cajas hasta en un 50%. [5]
El etiquetado RFID permite a los comercios implementar un sistema que envía alertas automáticas cuando los niveles de existencias de un determinado producto comienzan a estar bajos. Esto permite evitar que los productos más demandados se agoten en tienda y realizar previsiones de abastecimiento más eficaces.
A través de este método, los comercios pueden también informar a los proveedores, automatizando los pedidos y haciendo más eficientes los procesos de distribución.
Al proporcionar un identificador único, muy difícil de replicar, el etiquetado RFID funciona como sistema de autenticación de los productos, que no sólo dificulta su falsificación si no que ayuda a garantizar que se han seguido correctamente todas las etapas en su distribución, y se han aplicado los procesos de calidad requeridos.
Este sistema está siendo aplicado por los comercios para proteger su reputación de marca y añadir un plus de confianza en la experiencia del consumidor, además de para reducir las pérdidas asociadas a la distribución ilegítima de artículos falsos. [6]
Veamos ahora los principales retos a los que se puede enfrentar un comercio minorista a la hora de implementar un sistema de etiquetado RFID, especialmente en el entorno pyme:
A pesar de todas las ventajas mencionadas, los códigos de barras tradicionales representan una solución más económica para la gestión de los inventarios en algunos comercios. Se trata de una tecnología más sencilla, y no requiere de la instalación de dispositivos tan especializados, lo que hace que el etiquetado RFID no sea accesible por igual para todos los negocios.
Especialmente en el caso de las pequeñas y medianas empresas, con requerimientos de seguimiento más básicos, el sistema puede representar un coste excesivo, y quizá innecesario. Sin embargo, en el caso de las grandes cadenas minoristas, o en comercios locales con mayor alcance, ya se está observando una gran aceptación de la tecnología.
El etiquetado RFID es útil sobre todo en negocios donde la eficiencia en los procesos de distribución y pago, así como la cantidad de información almacenada sobre los productos, es más crítica. En estos casos, la instalación del equipamiento requerido está más que justificada, mientras que los códigos de barras siguen siendo una opción rentable y eficaz para pequeños establecimientos que requieren de procesos de distribución y venta muy sencillos, o que cuentan con un volumen de clientes reducido.
Las etiquetas RFID, aunque son resistentes y pueden durar varios años, pueden resultar ineficientes para su uso en ciertos productos que tienen un ciclo de vida corto, como alimentos perecederos, ropa de moda rápida o artículos de bajo costo que se reemplazan con mucha frecuencia.
En estos casos, hay que estudiar hasta qué punto una desproporción entre la vida útil del producto y la etiqueta puede resultar en un desperdicio de recursos y mayores costos operativos.
Implementar un nuevo sistema tecnológico implica cambiar procesos establecidos y realizar una integración que a veces puede dar problemas.
Integrar el etiquetado RFID con otros sistemas existentes, como los programas de gestión de inventarios, las plataformas de CRM o de puntos de venta, puede ser complejo debido a problemas de compatibilidad, o falta de estándares uniformes, que causen después interrupciones operativas o requieran de ajustes adicionales en el software.
Toda esta complejidad técnica deriva en que los comercios pueden necesitar un acompañamiento tecnológico especializado para poder implementar el sistema con éxito.
Importantes cadenas del sector de ropa o accesorios deportivos, como Decathlon, El Corte Inglés, Mango o Zara (Inditex) han sido pioneras en la implementación de esta tendencia en España:
Una de las primeras marcas en introducir la tecnología RFID en el mercado minorista español fue la cadena de materiales deportivos Decathlon que, desde el año 2019, incorpora este sistema de etiquetado en en la totalidad de los productos y puntos de venta de sus tiendas.
La firma estima que este sistema permite ahorrar hasta 5 segundos en el proceso de pago de cada artículo adquirido, es decir, un 80% del tiempo promedio dedicado, ofreciendo a los usuarios una mayor rapidez durante uno de los puntos más críticos del viaje del consumidor: el paso por caja. [7] [8]
El grupo minorista español empezó a implementar el sistema en 2019, primero en su centro de almacenamiento de Valdemoro (Madrid) donde utiliza una solución que combina tecnología RFID con reconocimiento de voz para optimizar los procesos de trazabilidad del 100% de los productos enviados a sus tiendas.
Posteriormente, comenzaron a implementar el etiquetado RFID también en el punto de venta, con la finalidad de agilizar los procesos de pago y mejorar la experiencia de cliente. [9]
El gigante de la moda Inditex, empezó a utilizar la tecnología RFID en sus tiendas Zara, ya desde julio de 2014, habiendo desplegado el sistema de etiquetado en todas las tiendas de sus cadenas desde el año 2020.
A mediados de 2023, el grupo comenzó a implementar en las tiendas Zara un nuevo sistema antihurto invisible, basado en una innovadora tecnología RFID desarrollada por la empresa Sensormatic, con el objetivo de implantarla también en el resto de cadenas del grupo.
La iniciativa ha tenido que hacer frente a algunos problemas iniciales, derivados de rumores que afirmaban que se había descubierto cómo las etiquetas podían vulnerarse con relativa facilidad, lo cual habría retrasado su implementación a gran escala. Sin embargo, desde Inditex desmintieron este asunto, asegurando que el proceso de implantación en tienda del nuevo sistema de alarma “soft” se está desarrollando según lo previsto, sin incidencias significativas. [10]
Según estimaciones, el nuevo sistema de seguridad RFID de Zara va a permitir reducir los casos de robo entre un 60% y 80%, aunque aun se encuentra en fase de testeo y experimentación. [11]
A través de esta nueva tecnología, Zara ha dejado de emplear las tradicionales alarmas de plástico, consiguiendo no sólo hacer frente al riesgo de hurto si no también simplificar el proceso de distribución de las prendas, haciendo que lleguen al punto de venta listas para su comercialización sin necesidad de manipulación previa.
El autocobro es cada vez más común en tiendas de moda y deporte, como es el caso de Uniqlo y Decathlon. En la cadena de moda de origen japonés y la minorista deportiva francesa, ni siquiera es necesario que el cliente escanee los artículos. El cliente simplemente coloca los artículos en un contenedor, y en poco tiempo aparecen los datos de todos los artículos en la pantalla. Solo queda pagar y listo.
Walmart ha estado a la vanguardia de la innovación en el sector minorista, y su reciente prueba de una máquina de verificación de recibos basada en RFID subraya ese compromiso. Si bien la prueba finalmente no tuvo éxito, ofrece información valiosa sobre las tecnologías emergentes y los desafíos que enfrentan los minoristas
Amazon ha presentado una nueva versión de su tecnología retail Just Walk Out que permite a los clientes evitar las colas en la caja cuando realizan una compra al aplicar un cargo automático en la tarjeta de pago. El nuevo sistema, diseñado para minoristas de ropa, utiliza etiquetas RFID que permiten a los clientes escoger ropa, zapatos, sombreros y más y luego salir de la tienda sin tener que hacer cola para pagar.
Las etiquetas electrónicas RFID son una tecnología bien conocida por los clientes de Decathlon que, gracias a su sistema de identificación por radiofrecuencia, facilita considerablemente el proceso de pago, el control de inventario, la reposición de productos y la trazabilidad. Sin embargo, su adopción en el retail alimentario hasta la fecha ha sido limitada.